viernes 31 de julio de 2009
LUCIA MORETT Y EL TEATRO, UNA RELACION VERDADERA (SEXTA PARTE)
Una vez estrenada la obra, vinieron cambios inmediatos. Ante la salida de quien representaba el personaje de Luisa Vanzetti, María Elena González, actriz y entrañable amiga del grupo desde sus inicios en 1986, hubo necesidad de revisar la conformación del elenco para continuar dando funciones. Fue entonces cuando todos coincidimos en proponer a Lucia Andrea Morett como la candidata perfecta para asumir la caracterización de Luisa, hermana de Bartolomé Vanzetti, personaje complejo por la dualidad de valores que representaba, Siendo una mujer profundamente religiosa, había emprendido materialmente una larga peregrinación desde Italia, su patria, para estar cerca de su hermano en sus últimos días , ya que su familia era tan pobre que difícilmente podía asumir la posibilidad de estar presente a lo largo del proceso legal, mismo que había durado siete largos años. A través de ese viaje fue recogiendo enormes muestras de simpatía a la causa de su hermano por todos los países que cruzaba y de hecho logró concluir dicho viaje gracias a esa solidaridad, encabezando marchas y protestas de todo tipo hasta llegar a Norteamérica convertida en una mujer profundamente consciente y politizada con la fortaleza suficiente para exigir por la libertad de su hermano.
Existía además otra dificultad. El hecho de que Lucia apareciera en la escena introductoria que se mostraba en video, obligaba a dejar en claro la diferencia que debía existir para no caer en confusiones acerca de la identidad de ambos personajes.
De nueva cuenta una sonrisa plena antecedió a la respuesta positiva que Lucia dio a la petición que se le formulaba, consciente de la seriedad de nuestra propuesta y a pesar de su aparente inexperiencia (cursaba apenas el segundo semestre de la carrera), aceptaba la responsabilidad de aportar su trabajo a una muy heterogénea agrupación en la que se mezclaban la experiencia más larga con el entusiasmo más pleno por aprender, la trayectoria más firme con el debut teatral de más de uno, la locura y la mesura, la cordura y la desmesura. A final de cuentas ella era una actriz en formación cuya inexperiencia resultaba relativa, pues en realidad Lucia Andrea Morett Álvarez había pisado por primera vez un escenario desde los siete años de edad. Así, AGONIA (La Balada de Sacco y Vanzetti) retomaba camino de manera afortunada pues a la salvación de nuestro elenco gracias a Lucia, se sumaba el encuentro de un escenario apropiado para la puesta en escena de nuestro trabajo. Las instalaciones del Centro Cultural La Pirámide, lugar en el que realizaríamos nuestra primera y muy breve temporada de ocho funciones.
LUCIA MORETT Y EL TEATRO, UNA RELACION VERDADERA (SEXTA PARTE)
Una vez estrenada la obra, vinieron cambios inmediatos. Ante la salida de quien representaba el personaje de Luisa Vanzetti, María Elena González, actriz y entrañable amiga del grupo desde sus inicios en 1986, hubo necesidad de revisar la conformación del elenco para continuar dando funciones. Fue entonces cuando todos coincidimos en proponer a Lucia Andrea Morett como la candidata perfecta para asumir la caracterización de Luisa, hermana de Bartolomé Vanzetti, personaje complejo por la dualidad de valores que representaba, Siendo una mujer profundamente religiosa, había emprendido materialmente una larga peregrinación desde Italia, su patria, para estar cerca de su hermano en sus últimos días , ya que su familia era tan pobre que difícilmente podía asumir la posibilidad de estar presente a lo largo del proceso legal, mismo que había durado siete largos años. A través de ese viaje fue recogiendo enormes muestras de simpatía a la causa de su hermano por todos los países que cruzaba y de hecho logró concluir dicho viaje gracias a esa solidaridad, encabezando marchas y protestas de todo tipo hasta llegar a Norteamérica convertida en una mujer profundamente consciente y politizada con la fortaleza suficiente para exigir por la libertad de su hermano.
Existía además otra dificultad. El hecho de que Lucia apareciera en la escena introductoria que se mostraba en video, obligaba a dejar en claro la diferencia que debía existir para no caer en confusiones acerca de la identidad de ambos personajes.
De nueva cuenta una sonrisa plena antecedió a la respuesta positiva que Lucia dio a la petición que se le formulaba, consciente de la seriedad de nuestra propuesta y a pesar de su aparente inexperiencia (cursaba apenas el segundo semestre de la carrera), aceptaba la responsabilidad de aportar su trabajo a una muy heterogénea agrupación en la que se mezclaban la experiencia más larga con el entusiasmo más pleno por aprender, la trayectoria más firme con el debut teatral de más de uno, la locura y la mesura, la cordura y la desmesura. A final de cuentas ella era una actriz en formación cuya inexperiencia resultaba relativa, pues en realidad Lucia Andrea Morett Álvarez había pisado por primera vez un escenario desde los siete años de edad. Así, AGONIA (La Balada de Sacco y Vanzetti) retomaba camino de manera afortunada pues a la salvación de nuestro elenco gracias a Lucia, se sumaba el encuentro de un escenario apropiado para la puesta en escena de nuestro trabajo. Las instalaciones del Centro Cultural La Pirámide, lugar en el que realizaríamos nuestra primera y muy breve temporada de ocho funciones.
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